Citoquinas: cuanto menos me muevo, menos me quiero mover

22 Jul Citoquinas: cuanto menos me muevo, menos me quiero mover

Cuando le planteo a algunas personas que el cambio a una alimentación origen resulta ideal combinado con un poco (repito: un poco) de movimiento, hay quien me mira como si le estuviese empujando a prepararse para una maratón.

Nuestro cuerpo está diseñado para moverse: correr, saltar, levantar pesos, trepar… Sin embargo, a mucha personas esto nos resulta un tremendo sacrificio. Si es tu caso, no es que tu esencia sea la vagueza: la respuesta está en las citoquinas.

¿Citoqué?

Se trata de un conjunto de «proteínas mensajeras», que se liberan en nuestro organismo cuando se detecta que hay exceso de grasa almacenado. Estas citoquinas le dicen al cerebro que no hace ninguna falta salir a cazar, pues tenemos reservas acumuladas para sobrevivir: «Tú tranqui, quédate en el sofá, que de hambre seguro que no te mueres».

Es el síndrome de «la hamburguesa que se muerde la cola»: cuanta más grasa voy almacenando, menos me pide el cuerpo moverme.

Y no te creas que por estar delgad@ tu salud es de hierro. Si comes mal y no te mueves, no te libras de tener poco músculo y mucha grasa acumulada, aunque se te note menos al espejo.

La liberación de citoquinas periféricas induce la inflamación. Esto significa que un nivel elevado de citoquinas nos mantiene en estado inflamatorio crónico, induciendo síntomas propios de enfermedad.

Nuestra personalidad cambia según nuestros hábitos

Se ha estudiado la relación entre un alto nivel de citoquinas y estados depresivos. Esto concuerda con un estado anímico que tampoco nos invita al movimiento ni a las relaciones sociales.

A nivel fenotípico, el modo en que tus genes experimentan el mundo (tus hábitos alimenticios, sociales, de movimiento, etc.) influye en la manera en que tus genes se expresan. Nuestros genes (los del homo sapiens) se forjaron durante miles de años para prepararnos para un tipo de vida activo.

Si embargo, la abundancia de comida suprime la necesidad de moverse. Eso conduce a una expresión fenotípica diferente, donde el aumento de citoquinas proinflamatorias favorece estados depresivos.

Tu naturaleza vital y alegre

Pero cuando te mueves, esa “personalidad sedentaria” deja de expresarse, y se abre paso el brillo de tus genes. Cuando te mueves, literalmente eres “otra persona”.

Las acciones que aseguran nuestra supervivencia están incentivadas por un sistema de recompensa, que libera endorfinas para que nos sintamos bien. Por eso las necesidades básicas son placenteras: comer, beber y reproducirse. Movernos también activa este sistema de recompensa, porque moverse es necesario para conseguir el sustento.

Ah no, espera. Olvidaba que tienes la nevera repleta de bebidas azucaradas y productos procesados. Entonces no necesitas moverte, y en lugar de liberar cortisol para ponerte en marcha, y después endorfinas como recompensa por haberte movido, lo que generas es un exceso de citoquinas que te hace sentirte gord@ (además de estarlo)

Por eso cuando te mueves eres otra persona, eres la persona que estás destinada a ser.

Propuesta AvocadosPNI

¡Muévete, expresa tu genética, expresa tu alegría innata.

Fuentes:

Dantzer, Robert. Cytokine, sickness behavior, and depression. Immunology and Allergy Clinics of North America, 01 May 2009, 29(2):247-264

Wolff, Robb. La Solucion Paleolitica: La Dieta Humana Originaria. VICTORY BELT PUB; Translation edición (1 agosto 2011)

Pérez, Carlos. Paleovida. B (Ediciones B); 001 edición (18 abril 2012)

Berk, Michael et Al. So depression is an inflammatory disease, but where does the inflammation come from? September 2013BMC Medicine 11(200)