Neandertales, cretinos y antisociales

Neandertales, cretinos y antisociales

Intro

¿Qué nos hace diferentes de nuestros primos neandertales? ¿Hubo contacto social entre sapiens y neandertales? ¿Por qué ellos se extinguieron y nosotros no? Y por último, ¿qué tiene que ver ser un cretino con todo esto? Sigue leyendo que te cuento todo.

No hermanos, pero sí primos

La fascinación que nuestros extintos primos neandertales nos provoca se renueva periódicamente (hace menos de un año que se publicó la más reciente mirada al Homo Neanderthalensis). La atracción que despierta en nosotros el neandertal está alimentada, además, por el morbo que provoca imaginar cómo sería ese tiempo en que compartimos nuestro mundo con otros hombres, diferentes de nosotros, pero no tan distintos.

Se sabe que el sapiens y el neandertal compartieron espacio por alrededor de unos 12.000 años. El neandertal, de origen africano como el sapiens, habitó sobre todo en Europa. Eran humanos robustos y grandes, que manejaban herramientas, curtían pieles con las cuales revestían sus casas, dominaban el fuego, y estaban completamente adaptados al clima.

Una de las más interesantes incógnitas sobre los neandertales es saber por qué desaparecieron, teniendo en cuenta lo bien adaptados que estaban. En este sentido, la biología y la psiconeuroinmunología pueden arrojar luz sobre esta pregunta. Desde el punto de vista evolutivo, debemos pensar siempre en mutaciones y adaptaciones al medioambiente para explicar las presiones evolutivas que hacen que unas especies sigan adelante y otras desaparezcan.

Entonces, ¿qué pasó? ¿Qué fue tan repentino (hablando en términos de milenios) y traumático como para llevar al neandertal a su extinción?

No hay dos cabezas iguales

Los neandertales no desaparecieron por un problema de escasez de comida; sabían cazar y disponían de herramientas. No. El problema de los neandertales fue su mentalidad. Se podría decir que su pensamiento no evolucionó. O mejor dicho: que no pudo evolucionar al ritmo necesario.

Me explico: una de las diferencias más evidentes entre sapiens y neandertales está en la forma del cráneo. El neandertal tenía la frente “huidiza” hacia el nacimiento del pelo, mientras que el sapiens sufrió una mutación cuyo resultado fue el abultamiento de la frente. Puede parecer solo una pequeña diferencia, pero resulta determinante, como veremos.

Villarriba y Villabajo

Como hemos dicho, neandertales y sapiens convivieron durante al menos 12 milenios. En todo ese tiempo, imaginamos que la convivencia generó muchos contactos y tensiones. La lucha, directa o indirecta, por el territorio, parece estar inscrita en el ADN de la humanidad desde su origen. No creemos que entre humanos neandertales y humanos sapiens haya sido distinto. Es muy posible que no se entendieran, y de la falta de entendimiento, históricamente, surge el rechazo y posteriormente el odio.

Solo por curiosidad: en la serie de novelas Los Hijos de la Tierra, de J. M. Auel, los sapiens se refieren despectivamente a los neandertales como “cabezas chatas”, en referencia a la forma de su frente.

Cerebro 2.0

Ahora bien, esa diferencia anatómica, ¿qué plus le otorgó al homo sapiens? Ese espacio craneal extra permitió un súper desarrollo del neocórtex cerebral. La siguiente pregunta sería: ¿Y qué ventaja nos otorga un enorme neocórtex?

El neocórtex no sirve para oler, ver ni oír mejor (esas capacidades se alojan en otros lóbulos cerebrales). Tampoco facilita el uso de herramientas, que era una habilidad con la que ya contaban los neandertales. Por otro lado, se han encontrado hallazgos de cultos y enterramientos en yacimientos neandertales, lo que significa que nuestros primos desarrollaron un pensamiento abstracto capaz de imaginar una suerte de cosmogonía, o al menos poseían pensamiento espiritual.

Nada de eso. El neocórtex facilita, entre otras cosas, la socialización y las relaciones. En otra entrada ya hablamos de la importancia que tiene para los humanos la capacidad de colaboración, e incluso comentamos las bondades sociales que esconde el cotilleo. Pero además de eso, el desarrollo del neocórtex nos otorga a los sapiens una capacidad única para interpretar la expresión del vecino. El tamaño superior de la amígdala nos da mejores capacidades para empatizar con los otros, y a través de su expresión, decidir si es un amigo o un enemigo, o simplemente si está de buen humor o no.

Sociedades complejas, frentes abultadas

Piénsalo, pues usas esa capacidad a diario sin darte cuenta. Los humanos sapiens somos tremendamente complicados: nos pasamos todo el día interpretando a los demás. Entras en la oficina, o en casa, y en una fracción de segundo sabes si es buen momento o no para acercarte a tu compañero de trabajo o a tu pareja, o si es mejor dejarlo a su aire un rato.

Vivir en sociedad sin matarnos unos a otros es posible gracias a una alta capacidad de socialización. El desarrollo del neocórtex propició la generación de una vasta red de relaciones, que es la base para la implantación de sociedades complejas.

Volviendo atrás en el pasado, se comprende que en la pelea evolutiva que tuvo lugar hace 12.000 años entre sapiens y neandertales por la dominación del territorio, la capacidad organizativa del sapiens en grupos cada vez mayores fue relegando al neandertal poco a poco, que se quedó finalmente sin espacio.

Si en la causa de la extinción de los neandertales se encuentra la protuberante frente del sapiens, ¿qué pasó para que nos creciera la cabeza hacia delante?

Cretinos

Poco pelo y frágil, prognatismo, apetito reducido, reducción de tolerancia al frío, estreñimiento, confusión mental que incluye depresión o falta de memoria, retención de líquidos (especialmente alrededor de los ojos), párpados caídos, anemia, insensibilidad y hormigueo en pies y manos, voz ronca o profunda, hinchazón de piernas, parasitosis intestinal de repetición, palidez de piel, dientes cortos mal implantados y separados, con borde en sierra, no desarrollo mamario, lento crecimiento y osificación…

¿Te sientes identificado con alguno de estos síntomas?

Todos ellos son efectos del hipotiroidismo, pero también de una enfermedad ya prácticamente olvidada en casi todo el mundo: el cretinismo.

El término cretino viene del francés «chrétien», o cristiano, un saludo común entre las gentes de los Alpes. Además de en los Alpes, el cretinismo también se daba con frecuencia en los Pirineos y en otros rincones colinosos y poco accesibles. Ya algunos exploradores del siglo XVIII que se aventuraron por estas zonas montañosas poco accesibles dejaron constancia de los efectos de la patología en algunos de los habitantes alpinos:

«Su cuerpo se asemeja al de un enano, parecen deformes y sombríos, sus mentes vacías de toda actividad. Su sonrisa sólo indica que el cretino es un animal viviente».

Yodo y crecimiento óseo

No fue hasta finales del siglo XIX cuando se descubrió que el origen del cretinismo se debía a la falta de yodo. Para entonces, la palabra cretino ya se había convertido en sinónimo de estúpido, por las limitaciones intelectuales que presentaban muchos individuos con cretinismo. Los cretinos presentaban distintos grados de bocio, enanismo, escaso pelo una piel rígida y limitaciones cognitivas en distintos grados.

La connotación de la palabra es lo único que parece haber quedado en la actualidad, y aunque todos entendemos su peyorativo significado, creo que hoy en día pocos la usan aparte del Capitán Haddock, el malhumorado compañero de Tintín.

El caso excepcional de los cretinos de los Alpes es el de un grupo de sapiens involucionado a causa de la falta de yodo. Como hemos visto, eran enanos debido a la falta de crecimiento óseo.

Como especie, sin embargo, el sapiens apareció en un lugar y en un momento que permitieron una dieta rica en yodo, lo que derivó en hipertrofias óseas tales como un fémur más largo, o el sobrecrecimiento del hueso frontal del cráneo. Ese nuevo espacio craneal permitió que el cerebro creciera, se plegara y formara nuevas conexiones neuronales, lo que dio origen a una capacidad social tan refinada que hoy día somos capaces de organizarnos en grupos enormes.

Advertencia y recomendación final

Espero que no te hayas sentido identificado con los síntomas propios del cretinismo, pero si en cambio se te encendió algo dentro cuando leíste algunos de los síntomas del hipotiroidismo, por favor, no se te ocurra empezar a tomar yodo por tu cuenta. Parece ser que existe una deficiencia de yodo en casi un tercio de la población mundial, pero es medida solo la puede tomar tu médico. Por favor, sé responsable en este sentido.

Ahora bien, lo que sí puedes hacer es comer comida origen, y en particular alimentos ricos en yodo, como pescado, mariscos, algas y huevos (siempre con la yema incluida, por favor)

¡Te espero en la siguiente entrada!

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Fuentes:

Yolanda Santiuste Blázquez. Reset, encuentra tu salud. Línea Alba.

Yuval Noah harari. Sapiens. De animales a Dioses. Breve historia de la humanidad. DEBATE; 001 edición (7 octubre 2015)

Rebecca Wragg Sykes. Neandertales: La vida, el amor, la muerte y el arte de nuestros primos lejanos (geoPlaneta Ciencia)  1 septiembre 2021

 

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2 Comments
  • Juan S-C Suárez
    Posted at 08:49h, 20 julio Responder

    Genial artículo como siempre!
    Estuve una temporada enganchado a la saga de JM Auel «Los hijos de la tierra». Recomiendo su lectura, ya que está muy bien documentado. Me llamó la atención cómo la autora describía la diferencia de los dos cerebros. Los sapiens parecían tener la capacidad de aprender nuevas habilidades, sin embargo los «cabeza chata» (neandertales), por su diferente forma y tamaña cerebral no podían desarrollar nuevas habilidades, sin embargo, tenían la ventaja de que podían «acceder» al conocimiento primitivo para las distintas tareas solo con «pensar en ello», es decir, es como si tuvieran acceso a una «nube de almacenamiento» que constituía el saber común y colectivo de la especie. Esto me dejó patidifuso!!
    Besos
    K

  • PNI - Avocados
    Posted at 15:24h, 20 julio Responder

    Gracias Juan por comentar. También me gustó mucho El Clan del Oso cavernario, que es el primero de la saga de Auel. Muy interesante esa teoría de los neandertales y su conexión con el imaginario colectivo. Para profundizar en nuestros primos neandertales, el libro de Rebecca Wragg Sykes. Saludos

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