22 Abr Mecanismos de defensa, el triunfo de la especie
Los colonizadores
¿Sabes cuáles son los únicos organismos que han sido capaces de colonizar todo el planeta? Hongos, virus, bacterias, amebas… y nosotros, los seres humanos. No sé si eso nos coloca a todos en una misma categoría, pero desde luego da que pensar…
Si nos centramos en nosotros los humanos, resulta que somos los únicos animales “complejos” que nos hemos asentado en toda la geografía de la Tierra. Sin duda, la curiosidad innata en los seres humanos nos llevó a descubrir nuevos espacios, pero nuestra inquietud sola no garantiza el éxito de tal misión exploradora.
¿Por qué otros no lo consiguen?
La inmensa mayoría de animales en riesgo de extinción lo están porque su medioambiente ha cambiado, y con ellos sus condiciones de vida se han visto alteradas. Si cogemos a cualquier animal, sea una cabra, un pangolín o un oso hormiguero, y lo ponemos en un medioambiente distinto (con otro tipo de vegetación, otra orografía, etc.) lo va a tener muy duro para sobrevivir.
¿Por qué? ¿Qué hace que ese animal sea incapaz de adaptarse a estos cambios? Pues los virus, las bacterias y otros microorganismos que hacen que enfermen y mueran antes de llegar a la época reproductiva.
Sin embargo, la especie homo ha sobrevivido en todos los ambientes conocidos. Entonces, ¿cuál es el secreto de nuestro éxito como especie? ¿Qué hay en nosotros que nos ha permitido medrar por todo el globo?
Adaptación y sistema inmune
La respuesta está en nuestra asombrosa capacidad de adaptación al entorno. Y resulta que es el sistema inmune el que está detrás de todo esto.
De entrada, cualquier organismo siempre intenta preservar su individualidad. Es el mecanismo primitivo de defensa que te dice: ¡Defiéndete del exterior! ¡Protégete! Y el sistema inmune es el encargado de reconocer la diferencia entre lo que es propio y lo que es extraño, con la intención de mantener un medio interno equilibrado.
Todos los organismos, desde las bacterias a los animales más complejos, cuentan con algún sistema de reconocimiento que les permite determinar patógenos o células que no son propias. Y el sistema de reconocimiento de los seres humanos es simplemente maravilloso.
Nuestro radar para detectar los elementos de nuestro entorno y decidir si ese elemento es algo que deba ser atacado o asimilado es inigualable.
La casa de los bichos
A lo largo de cientos de miles de años hemos sabido reconocer con maestría lo que nos rodea, y actuar en consecuencia. Por eso nuestra microbiota es un tesoro, y nuestro cuerpo actualmente es morada de millones de bichos (tenemos aproximadamente dos microorganismos habitando en nuestro interior por cada célula “propia”. No somos un ser individual, ¡somos una metrópoli de bichos!, y la mitocondria solo es el ejemplo más conocido.
El diálogo entre virus y hombres
El contacto con virus y bacterias ha sido, a lo largo de todo este tiempo de evolución, el mayor detonante de mutaciones que nos han traído hasta aquí.
La evolución no es un sistema inteligente que en determinado momento pone de pie a un mono para que pueda ver el horizonte. No es así. Se trata más bien de mutaciones necesarias que se dan en un organismo, y que están inducidas por el medio ambiente. Por un medioambiente en el que hay virus, virus que cuando se meten dentro de nuestro genoma y consiguen dar una información a nivel de gametos, proporcionan un plus a ese organismo que le permite adaptarse al medioambiente.
Esto quiere decir que ese virus, que ya estaba presente en ese medioambiente antes de que llegara el homo, es el que está permitiendo que el hombre se adapte al nuevo entorno.
De manera que sí que tenemos algo en común con virus, bacterias, hongos y amebas: un diálogo de miles y miles de años.
Resumen
En la historia del homo sapiens, cada cambio en el entorno ha eliminado a muchos individuos, lamentablemente.
Pero nuestra supervivencia como especie ha dependido de la inteligencia de nuestro sistema inmune, que durante cientos de miles de años ha sostenido una relación preciosa y precisa con el entorno, reconociendo primero los peligros del medio ambiente, defendiéndose de los ataques después, para finalmente aprender a integrarse en el nuevo entorno, y ser parte de él.
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Fuentes:
Yuval Noah Harari. Sapiens. De animales a dioses: Breve historia de la humanidad. DEBATE.
Yolanda Santiuste Blázquez. Reset, encuentra tu salud. Línea Alba.
Humberto Lanz Mendoza et Al. Y Darwin tenía razón… La evolución del sistema inmunitario.
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