Cangrejos cocidos

22 Jul Cangrejos cocidos

El marisco es rico en minerales, destacando el zinc, que estimula el sistema inmunológico, ayuda a prevenir resfriados y hace que aumenten nuestras defensas. Ayuda a aliviar la inflamación, actúa como antioxidante, ayuda a curar la heridas, a la división celular, apoya la fertilidad tanto masculina como femenina… Vital para el crecimiento y desarrollo e influye en el sabor y el olor. Actúa como antioxidante.

Cantidad: 3 raciones

Tiempo de preparación: 15 minutos.

Es importante comprar los cangrejos vivos, que los veas moverse para garantizar su frescura.
Para pasarlos de un sitio a otro, asegúrate de cogerlos siempre por la parte de atrás para evitar que te puedan hacer daño con las pinzas.
En esta receta puedes sustituir el agua y la sal directamente por agua de mar.

Ingredientes

1 kg. de cangrejos frescos y vivos.

5 litros de agua.

250 gr. de sal gorda.

1 hoja de laurel (opcional)

Preparación de los cangrejos

Pon en una olla grande los 5 litros de agua con 250 gr. de sal. Serían unos 50 gr. de sal por litro de agua.

Si quieres añadir la hoja de laurel, hazlo ahora.

Mete los cangrejos y enciende el fuego. Es importante meter los cangrejos vivos en el agua fría. Si se metiesen con el agua hirviendo es probable que se les desprendiesen las patas.

Pon la olla con el agua, la sal y los cangrejos a fuego fuerte, espera a que el agua hierva y cuenta entre 3 y 6 minutos, dependiendo del tamaño del cangrejo. Para que te hagas una idea calcula que para cangrejos de unos 100gr. con unos 3 o 4 minutos desde que el agua hierva es suficiente. Verás que se ponen de color rojo intenso.

Una vez estén cocidos, pásalos a un cuenco con agua fría para cortar el hervor y que se quede la carne tersa.

Escúrrelos y ¡disfrútalos!

Cómo comerlos

Separa el cuerpo del caparazón haciendo palanca con los dedos índices en la parte de atrás del cangrejo, como si fueses a abrir una caja cerrada, de forma que te quedes en una mano con el cuerpo y en otra con el caparazón.

El caparazón se queda con líquido, cuidado no derramarlo. Sácale la boca y deséchala, no se come. Usamos el caparazón a modo de bol y lo presentamos en el plato así, con una cuchara para poder rascar y comer todo lo que hay en su interior.

Separa las patas del cuerpo. Pon a un lado en el plato.

Retira las agallas del cuerpo, no se comen.

Parte el cuerpo por la mitad. Presenta en el plato.

¡Y ahora te toca decidir por donde empezar a disfrutar de este manjar!